La salud bucodental en las personas que tienen una infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o que han desarrollado SIDA adquiere un protagonismo especial: no sólo los pacientes precisan mayores cuidados a nivel oral, sino que también la salud bucodental puede ser un precoz indicador de que exista esta infección.
Muchos de los signos y síntomas típicos de VIH aparecen por primera vez en la boca y, a menudo, es el profesional de la salud bucodental el primero en notar estos cambios.
La boca puede ser la primera parte del cuerpo en mostrar signos de la infección por VIH. Así, infecciones oportunistas, como la candidiasis (aftas), a veces son el primer indicador de que el sistema inmunológico no está funcionando adecuadamente y pueden ser un indicador de cómo el VIH está afectando su cuerpo.
Por ello, los profesionales de la salud oral desempeñan un importante papel tanto en la salud bucal como en el bienestar general de estos pacientes que no puede subestimarse.
Una tercera parte de las personas portadoras del VIH tiene problemas de infecciones en la boca y aparición de úlceras causadas por la bajada de defensas de su sistema inmunitario. Además, entre el 30 y el 50% de personas con SIDA desarrolla periodontitis, una enfermedad bucodental que compromete la existencia y funcionalidad de los dientes.
La presencia de lesiones en la boca o encías, como cortes o heridas, son una vía de entrada directa para virus, hongos y bacterias, de forma que el sexo oral sin protección aumenta el riesgo de contraer varias enfermedades de transmisión sexual (ETS), como el VIH/SIDA, pero también la sífilis, el virus del herpes simple (VHS) o el virus del papiloma humano (VPH), así como de desarrollar algunos tipos de cánceres.
Algunas de las afecciones o síntomas que se pueden presentar en la cavidad bucal de las personas con VIH/SIDA son:
Las afecciones dentales y orales relacionadas con el VIH pueden causar dolor, lo que puede dar problemas para masticar o tragar. Esto puede impedir que el paciente tome su medicina para el VIH, así como inducir malnutrición, ya que puede haber dificultades para comer y absorber suficientes nutrientes esenciales; además, un sistema digestivo comprometido podría afectar la absorción de medicinas para tratar el VIH.
La mejor forma de evitar los problemas orales asociados al VIH es visitando al dentista regularmente para someterse a controles y limpiezas bucales que limiten la presencia de bacterias debajo de los dientes y que, en algunos casos, pueden pasar al torrente sanguíneo y ser transportadas a otras zonas del cuerpo.
También es esencial que la persona con VIH/SIDA siga escrupulosamente unas recomendaciones básicas de higiene bucodental: cepillarse los dientes por lo menos dos veces al día (después de cada comida es mejor), usar hilo dental todos los días y emplear colutorios indicados.
Se recomienda, además, que examine su boca a menudo e informe a su médico de cabecera si observa cualquier cambio inusual en esta cavidad. Por supuesto, se aconseja tomar todos los medicamentos para el VIH en el momento indicado, ya que de esta forma se protege el sistema inmunológico y se evitan infecciones oportunistas orales.
La higiene bucodental es básica en estos casos para evitar un empeoramiento de las infecciones y úlceras. Los problemas orales más comunes relacionados con la infección por el VIH pueden ser tratados de una manera óptima actualmente; un tratamiento correcto permite mantener una boca más sana. Recuerda que el chequeo anual de la boca o cada seis meses, según te indique tu dentista de confianza, puede detectar la aparición de VIH/SIDA.
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